20 Ene Una tarde con los futuros intérpretes judiciales
La semana pasada, Fernando acudió como invitado a la Universidad de Alcalá para impartir una clase sobre el sistema judicial español. Hoy le cedo a él la palabra para que os cuente esta bonita experiencia.
El Máster de la Universidad de Alcalá
No todos los días tiene uno la suerte de que le inviten a dar la sesión de apertura del trimestre de un máster tan prestigioso. En este caso, mi presencia en el máster se debió a una incipiente colaboración entre la Universidad Pontificia de Comillas (donde doy clase de traducción judicial) y la Universidad de Alcalá. Acudí encantado a la cita.
La UAH lleva ya algunos años organizando este programa gracias al impulso de Carmen Valero y de su equipo, y cada año cuenta con más estudiantes. El máster se denomina oficialmente Máster Universitario en Comunicación Intercultural, Interpretación y Traducción en los Servicios Públicos. Se centra, como su propio nombre indica, en formar a los futuros intérpretes y traductores que trabajarán en servicios públicos como hospitales, centros de salud, juzgados y tribunales y otros órganos de la administración pública. La demanda de buenos profesionales que trabajen en estas entidades no ha dejado de crecer y, aunque la crisis económica ha frenado las contrataciones en España, existen muchos países que siguen buscando y contratando intérpretes y traductores especializados en comunicación intercultural. Se trata, por tanto, de formar a especialistas capaces de atender las necesidades de aquellos ciudadanos que tienen que acudir a un hospital, a un juzgado o a un centro de extranjería para resolver situaciones personales complejas, pero no conocen la lengua de la administración que les atiende. Esto genera multitud de problemas y frecuentes situaciones de desamparo o indefensión en estos ciudadanos. La ayuda de un intérprete que hable ambas lenguas y sepa guiarles en el proceso es de vital importancia para estas personas.
El máster se divide en tres bloques temáticos ―traducción e interpretación sanitaria, judicial y administrativa― en los que los estudiantes aprenden las peculiaridades lingüísticas y culturales de estos ámbitos de trabajo. Además, se imparte en diferentes combinaciones lingüísticas (árabe-español; inglés-español; ruso-español, chino-español, rumano-español), lo que hace que su alumnado sea de lo más internacional.
Aprendiendo sobre el sistema judicial español
Cuando Carmen me invitó a dar esta clase ―de tres horitas, nada menos― me explicó que los estudiantes habían dedicado ya el primer trimestre a la traducción sanitaria y había que dar comienzo al bloque de TeI jurídica. Se trataba de hacer una introducción al sistema judicial español y a sus procedimientos judiciales.
Siempre he creído en la especialización como la mejor forma de encontrar trabajo en este mundo (el sector de la traducción y la interpretación). Y también comparto la idea de que un buen profesional debe conocer a fondo la materia que traduce, no solo el idioma. Por ello, la idea de enseñarles a los futuros intérpretes de los tribunales cómo es el sistema judicial español y cómo son sus diferentes órdenes y procedimientos, me pareció de lo más acertada. Evidentemente, no es posible ver con profundidad algo que en la carrera de Derecho nos llevó dos años completos (Derecho procesal) y que, además, es una asignatura bien compleja. Pero el objetivo no era que lo supiesen «todo» sobre nuestro sistema, sino que empezaran a familiarizarse con su terminología, sus fases y le perdieran el miedo a esta materia.
Una experiencia de lo más multicultural
Ya me habían avisado de que el auditorio iba a ser variado. Aquella tarde me esperaban en un aula de la facultad de Derecho, nada menos que 128 estudiantes de unos 12 países distintos. Había un grupo muy numeroso de chinos, también bastantes estudiantes rusos, rumanos, norteamericanos y de diferentes países árabes y de América Latina. Algún español también había, claro. Afortunadamente, todos hablaban bien nuestro idioma y la comunicación fue fácil. Yo procuré hablar despacio y no emplear demasiada jerga jurídica, y parece que me entendieron bastante bien. Fue todo un lujo poder enseñar a un grupo tan internacional y con tanto interés en la materia.
Mi pequeña contribución al máster
Como les dije a los alumnos al comienzo, no era mi intención infligir a nadie la «muerte por Power Point» (algo que aprendí de mis paisanos de Presentaciones Artesanas), así que, dividí mi presentación en cinco bloques, dejando espacio para las preguntas al terminar cada uno de ellos. De esta forma se nos hizo a todos un poco más llevadera la tarde. Les hablé de cómo está organizado el sistema de juzgados y tribunales en nuestro país, quiénes son las partes que intervienen en los juicios y dónde se sitúa cada una de ellas en la sala, cuáles son los tipos de procesos más importantes, prestando especial atención al proceso penal, las próximas reformas legislativas que afectarán a esta materia y algunas pinceladas sobre la Directiva 2010/64/UE. Me hicieron muchas preguntas y al terminar la charla, varios alumnos me dijeron que les había servido para perderle el miedo a esto del Derecho y de la traducción jurídica: ¡misión cumplida!
No Comments