Quién es mejor traductor jurídico

¿Quién es el mejor traductor de textos legales? ¿El licenciado en Derecho con conocimientos de idiomas, o el licenciado en traducción e interpretación que se forma y especializa después en Derecho?

Como traductores especializados en Derecho y profesores de traducción jurídica nos enfrentamos a menudo a esta pregunta

Algunos alumnos quieren saber si podrán ejercer como traductores jurídicos sin haber estudiado Derecho.

La respuesta corta: Por su puesto.

La respuesta larga te la dejamos en este vídeo de nuestro canal de YouTube.

Bue, no es tan larga, solo 2 minutos y 52 segundos.

En cuanto a quién es mejor traductor, no existe una respuesta fácil, ni probablemente una sola respuesta a esta pregunta.

Quizá porque ambos hemos estudiado Derecho, solíamos pensar que un jurista tiene cierta ventaja sobre un traductor a la hora de abordar las complejidades de un texto jurídico.

Con el tiempo nos hemos ido dando cuenta de que las dificultades lingüísticas de cualquier contrato o sentencia no son, ni mucho menos, de menor importancia.

Hace algún tiempo nos encontramos con esta conferencia pronunciada por el gran maestro de traductores, don Enrique Alcaraz Varó, allá por el año 2000.

En ella cuenta una ocasión en la que tuvo que enfrentarse a esta misma pregunta, hecha con muy mala intención, además. El texto completo de la conferencia es muy largo, pero hemos querido reproducir aquí esa parte del texto porque vale la pena leerlo y reflexionar:

«Recuerdo que en el curso de uno de los seminarios en Bruselas uno de los traductores me preguntó: “En su opinión, ¿el traductor de inglés jurídico debe ser un jurista especializado en traducción o un traductor con suficiente base jurídica?”. Él era jurista, yo no soy jurista, y también sabía yo que la mitad de los participantes en el seminario eran especialistas de formación básica en traducción, y la otra de especialistas de formación básica en Derecho. Para evitar que aquello fuera una trampa saducea, y con el fin de no molestar a la mitad de la audiencia, le contesté: En lo que se refiere a la traducción jurídica, con tal de que sean buenos traductores, los dos valen. No obstante, como noté una cierta arrogancia en su pregunta, le conté una pequeña anécdota que me sucedió a mí.

Un turronero de Jijona desde hacía muchos años vendía lotes de turrón a la población portorriqueña de Nueva York. La gestión de la distribución y de las ventas se la llevaba un norteamericano que actuaba de agente exclusivo. Con la llegada de Fidel Castro al poder, muchos cubanos se exiliaron en los Estados Unidos, con lo que aumentó el número de clientes. El de Jijona pensó que podía vender directamente a los grandes almacenes norteamericanos, prescindiendo del agente que había tenido toda la vida. Éste no tardó en demandarlo ante los tribunales de Nueva York. Hubo una comisión rogatoria a un juzgado de Alicante y me llamó el juez para que le tradujera algunos documentos. Sin embargo, la declaración jurada o affidavit que debe acompañar a toda demanda venía con su traducción al español firmada por un licenciado en Derecho de Nueva York, que daba fe de la veracidad de la traducción. El agente comercial en su declaración jurada decía, entre otras cosas, I have been his sole agent since 1945, que al español se tradujo por “He sido su agente desde 1945”. Yo le hice ver al juez que la traducción contenía fallos. Me preguntó dónde estaban y le dije que la traducción de I have been his agent por “He sido su agente” era incorrecta. Él, que sabía un poco de inglés, pensó que no había error en la traducción. Yo le hice la siguiente pregunta: Al leer “He sido su agente exclusivo desde 1945”, ¿Vd. qué interpreta, que sigue siendo o que ya no lo es? El juez me contestó: “Que no lo es”. Pues ahí está el error, porque el agente comercial afirma en su declaración jurada que lo es, que lo sigue siendo. Le dije a mi interlocutor en Bruselas que ésta era una cuestión lingüística muy importante porque tenía transcendencia para la defensa de las tesis del demandante, cuestión que se le había escapado a un abogado pero que difícilmente le habría pasado por alto a un lingüista».

Qué podemos añadir nosotros a lo que tan bien ha expuesto el maestro. Poca cosa.

Nos quedamos con esta frase, que responde muy bien a la pregunta que planteamos en esta entrada: con tal de que sean buenos traductores, los dos nos valen.

 

Referencias:

Alcaraz Varó, E. El jurista como traductor y el traductor como jurista. Universitat Pompeu Fabra. 25 de octubre de 2000. Disponible en línea en: http://www.upf.edu/factii/activitatsfti/lliconsfti/alcaraz.html

 

7 Comments
  • Sara Rodríguez
    Posted at 15:05h, 25 noviembre Responder

    ¡Muchas gracias por este blog tan estupendo! Como jurista en pleno proceso de especialización como traductora, creo que los contenidos que ofrecéis son estupendos. Seguiré leyendo con avidez…

    ¡Un saludo!

    • Traducción Jurídica
      Posted at 16:06h, 25 noviembre Responder

      No hay de qué, Sara. Gracias a ti por leernos. Has elegido una buena especialización. 😉

      Mucha suerte y ánimo.

      Ruth.

  • Susil Gupta
    Posted at 00:42h, 10 marzo Responder

    Creo que el problema no radica en la antitesis jurista-traductor sino en problemas mayores:

    1 La falta fundamental de equivalencia – por no decir abismo insoslayable – entre el derecho inglés y el español. Por ejemplo, se puede traducir fácilmente ‘policía judicial’, pero es una traducción falsa porque en ningún país de habla inglesa existe, ni ha existido jamás, esta institución. Gran parte del derecho penal procesal español es intraducible al inglés. Mis ‘notas aclaratorias del traductor’ suelen ser mas largas que la traducción misma ya que los abogados ingleses les resulta incomprensible la justicia penal española. Yo, por ejemplo, gano mas dinero explicando las cosas que de las traducciones.

    2. La antitesis jurista-traductor es una falsa dicotomía. En el caso de traducciones jurídicas del español al ingles, hay que conocer muy bien ambos sistemas – sea o no un jurista – y luego sudar tinta tratando de transmitir el sentido. El problema es que ni juristas españoles ni ingleses conocen realmente su sistema porque no lo han estudiado en modo comparativo. Lo que conocen son las normas.

    3. En cuanto a los traductores, sin ser jurista es imposible traducir bien. Los 5 libros que he visto en España sobre la traducción jurídica del ingles están plagados de errores garrafales – a menudo risibles. Es necesario trabajar dentro de ambos sistemas procésales para saber lo que significan las palabras. ¿Que no? Aquí una frase que se oye a menudo al final de un juicio penal inglés, antes de que el juez decida la condena: “My Lord, the defendant can describe himself as a man of good character”

    Estoy seguro que no hay ningún catedrático de traductologia en España que pueda traducir esta frase, harto conocida por cualquier abogado inglés.

  • Susil Gupta
    Posted at 19:02h, 22 marzo Responder

    Por si a alguien le interesa, la frase que cité, “My Lord, the defendant can describe himself as a man of good character” significan unicamente “El acusado no tiene antecedentes penales.” ‘Good character” no significa que sea una buena persona o que goce de buena reputación. Puede ser una mala persona. ¿Pero como se traduciría? ¿Traducir las palabras, o traducir el sentido?

    Lo mismo ocurre con el español jurídico. Por ejemplo, la expresión “no procede…” o “no es procedente…” puede significar múltiples cosas. Sin conocer el sistema jurídico y procesal es imposible hacer una traducción buena.

    En un libro publicado en España sobre la traducción jurídica del inglés se puede leer que en un juzgado escocés el acusado, al comienzo del juicio oral, pede declararse ‘guilty’, ‘not quilty’ o ‘not proven’ (‘no probado’ o insuficiencia de prueba). Un error elemental que no haría un jurista. Confunde lo que puede declarar el acusado, con lo que puede declarar, al final, el juez o jurado.

    Por cierto, este es el mejor sitio web español que he encontrado. Todavía no he encontrado un sitio web de traducción cuyas paginas en inglés no estén plagadas de errores idiomáticos y de gramática. Se nota que sois abogados ante todo.

    Saludos

    Susil Gupta

  • Margarita Arizmendi
    Posted at 20:06h, 19 mayo Responder

    Veo que esta entrada es un tanto vieja pero me animo a comentar porque este es un tema que me fascina. Yo soy abogada y ejerzo la carrera hace más de diez años. Cuando opté por estudiar para traductora con el objetivo de especializarme en jurídica (obvio), me enfrenté a la cuestión que plantean en este post y he vivido y el desprecio tanto de traductores y agencias de traducción porque no estudié la licenciatura en Traducción. En la práctica he notado que la sensibilidad que un abogado en ejercicio puede tener respecto de la jerga que en su ambiente se maneja es algo que se le escapa inevitablemente al traductor, ya que no está ni ha estado en el “campo de batalla” con los abogados. En ese sentido, me siento orgullosa de haber elegido la licenciatura en derecho y de optar por prepararme en traducción jurídica muchos años después, porque sin duda me resulta mucho más fácil traducir documentos con los que en la práctica he trabajado. No obstante, también me he dado cuenta que el uso preciso del lenguaje en casos particulares se nos puede escapar y que en una materia como esta, eso es imperdonable. Por tanto, habrá que prepararse arduamente en ambas cosas para poder ostentarse como traductor jurídico.

    Respecto del ejemplo que utilizó el maestro Alcaraz, me parece que esa confusión es propia de España pero no de Latinoamérica. En el español de México al decir “he sido su agente desde X” se entiende que hoy lo sigue siendo, porque, si ya no lo fuera, eso se hubiera traducido con “fui su agente….”. Otra razón más para especializarse.

    Por último, mencionar que soy una asidua seguidora de Traducción Jurídica y que espero poder inscribirme a sus cursos muy pronto.

    • Traducción Jurídica
      Posted at 08:36h, 22 mayo Responder

      Buenos días, Margarita:

      Muchas gracias por leernos y aportar tu opinión y experiencia al respecto. Efectivamente, para el caso de la traducción jurídica, la formación en ambas materias (Derecho y Traducción) es la mejor opción aunque no siempre es posible. Por eso, como en tu caso que has estudiado Derecho, puedes ir adquiriendo formación especializada en traducción jurídica. Es otra vía para lograr especializarse.
      Mucho ánimo porque es una profesión preciosa.
      Un abrazo,
      Ruth

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