Muchos abogados se plantean la necesidad de mejorar su inglés jurídico, conscientes de la importancia que esta lengua tiene en el contexto legal internacional. El dominio del idioma inglés en el ámbito de los negocios y las transacciones internacionales es un hecho innegable, lo que...

Parece que algo se mueve entre abogados y juristas en lo que se refiere a sus relaciones con traductores e intérpretes. Hace dos meses enviamos, sin demasiada convicción, es verdad, un artículo elaborado por Fernando sobre el valor probatorio de documentos traducidos a la revista...

(*Artículo original de Ruth Gámez González publicado en la revista del Colegio de Abogados de Valladolid, julio 2010). La globalización está aquí para quedarse, es un hecho incuestionable. En este nuevo entorno se formalizan cada día más contratos, escrituras y todo tipo de documentos legales que son redactados en múltiples idiomas, lo que exige, a su vez, un asesoramiento especializado. El abogado del siglo XXI debe enfrentarse a una realidad multicultural y multilingüe. Y para dar respuesta a esta nueva realidad surge la figura del “Jurista-lingüista” en los despachos de abogados. El término de Jurista-lingüista fue creado por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea para afrontar una problemática muy concreta: traducir documentos, de una gran extensión y complejidad, redactados por abogados o magistrados del Tribunal. Actualmente, todos los traductores de esta institución responden a este perfil y, como señala el artículo 22 del reglamento del citado Tribunal, son “expertos que poseen una cultura jurídica adecuada y un extenso conocimiento de varias lenguas oficiales del Tribunal”. La “cultura jurídica adecuada” que exige este artículo es un requisito indispensable.

Tras la aprobación del reglamento de acceso a la abogacía, que desarrolla la Ley 34/2006 sobre el acceso a las profesiones de abogado y procurador, en junio de 2011 (cinco años después de la promulgación de dicha ley, parece que los aspirantes a ejercer estas profesiones jurídicas lo van a tener un poquito más difícil. O así lo piensan, al menos, muchos de estos aspirantes a juzgar por el aluvión de solicitudes de colegiación que se han producido en los meses previos a su entrada en vigor. A partir del 30 de octubre de 2011, fecha de entrada en vigor del reglamento, los estudiantes de la carrera de Derecho tendrán que cursar un máster universitario, superar unas prácticas (incluidas en el máster) y aprobar un examen para poder ejercer libremente. Dicha legislación ha sido impulsada, de una forma muy decidida, por presidente del Consejo General de la Abogacía, D. Carlos Carnicer, quien ha llegado a afirmar que era "una legislación demandada desde hace 100 años".