Hay cien mil formas de estropear una traducción: plazos ridículos, ambigüedades en el original, textos que no han sido releídos, pruebas sin revisar por una persona de la misma lengua materna, traductores novatos abandonados a su suerte, seguimiento insuficiente del proyecto, contratación del traductor más barato, selección de traductores basándose únicamente en las apariencias, falta de implicación del cliente en el proyecto, exceso de intermediarios… Siguiendo tan solo la mitad de los consejos de este folleto, multiplicará las probabilidades de obtener una traducción digna de tal nombre.

Hace unos días, la página web de la BBC publicó un excelente y detallado artículo sobre el estado de la cuestión de la Traducción Automática (TA). Ese artículo, cuya lectura recomendamos (aquí), nos ha dado pie para ofrecer nuestro punto de vista al respecto. Vaya por delante que estamos absolutamente a favor de la TA y no pensamos que sea una amenaza para el trabajo de los traductores humanos, sino un complemento al mismo.