El término proxy es complejo de traducir, ya que no tiene un equivalente único y directo en español. Algunos diccionarios jurídicos lo traducen como poder, procuración o delegación. No debemos confundirlo, sin embargo, con el poder de representación, para el que en inglés se emplea el término power of attorney. El poder de representación es un mandato, más o menos amplio, por el que una persona faculta a otra para actuar en su nombre de forma general o para un determinado negocio jurídico. Mientras que el proxy es una autorización para votar en nombre y representación de otra persona, generalmente, en una junta de accionistas. Se trata, por tanto, de una autorización mucho más restringida y limitada que, generalmente, se circunscribe al hecho de asistir a una reunión y votar en ella en nombre de otro.